Manejo de las Perdidas
Como manejar las perdidas
Manejar las pérdidas es una parte natural de la vida, y todos enfrentamos situaciones de pérdida en algún momento. Puede ser la pérdida de un ser querido, un empleo, una relación, la salud, o incluso la pérdida de una oportunidad. Aprender a manejar las pérdidas de manera saludable es fundamental para la salud mental y el bienestar emocional. Aquí hay algunas pautas para ayudarte a lidiar con las pérdidas:
- Permítete sentir: Es importante permitirte sentir todas las emociones que surgen con la pérdida, como tristeza, ira, confusión, y hasta alivio en algunos casos. No reprimas tus emociones; en su lugar, permítete experimentarlas de manera saludable.
- Habla sobre tu pérdida: Compartir tus sentimientos con amigos, familiares o un terapeuta puede ser muy terapéutico. Hablar sobre lo que estás experimentando puede ayudarte a procesar tus emociones y sentirte menos solo en tu dolor.
- Establece un ritual de despedida: En algunos casos, puede ser útil crear un ritual personal para decir adiós a lo que has perdido. Esto puede ser una ceremonia simbólica que te ayude a cerrar ese capítulo de tu vida.
- Cuida de ti mismo: Es fundamental cuidar de tu bienestar físico y emocional durante períodos de pérdida. Come bien, duerme lo suficiente y haz ejercicio. La meditación y la relajación también pueden ser útiles para reducir el estrés.
- Acepta el apoyo: No tengas miedo de pedir ayuda o apoyo emocional. Las personas cercanas a ti pueden brindarte consuelo y apoyo en momentos difíciles.
- Aprende de la experiencia: Las pérdidas pueden enseñarte lecciones importantes. Reflexiona sobre lo que has aprendido y cómo puedes crecer a partir de esta experiencia.
- Establece nuevos objetivos: Después de una pérdida, es importante buscar nuevas metas y propósitos en la vida. Esto puede ayudarte a recuperarte y seguir avanzando.
- Date tiempo: No te apresures en tu proceso de duelo. Cada persona es diferente, y el tiempo necesario para superar una pérdida varía. Permítete el espacio necesario para sanar.
- Considera la terapia: Si sientes que no puedes manejar tu pérdida por tu cuenta o que estás experimentando un duelo complicado, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. La terapia puede proporcionarte herramientas y apoyo adicionales.
- Mantén recuerdos positivos: En lugar de enfocarte únicamente en la pérdida, intenta recordar y celebrar los momentos positivos que compartiste con lo que perdiste. Esto puede ayudarte a encontrar consuelo y mantener viva la memoria de lo que perdiste de una manera positiva.
- No te aisles. Es natural que después de una perdida, sintamos el dolor que nos lacera el alma y esto puede hacerte sentir que solo tu debes experimentar la pena. Sin embargo, cuanto mas sea el dolor, mas consciente necesitas estar de la compañía de aquellos que te aman y desean confortarte. Este es un momento en que debes dejar que otros te expresen sus simpatías y aprecio. No te aisles. Permite que el calor del afecto de los demás, llenen tu vacío presente.
Es importante que recuerdes, que el proceso de manejar una pérdida es único para cada persona, y no hay un camino "correcto" o "incorrecto" para hacerlo. Lo más importante es cuidar de tu bienestar emocional y buscar la ayuda que necesites si sientes que estás teniendo dificultades para sobrellevar la pérdida.
ECHANDO MANO DE LA AYUDA DIVINA
El Señor nos da el privilegio de buscarlo en forma individual en oración ferviente, o de descargar el alma ante él, sin ocultar nada a Aquel que nos ha invitado: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. ¡Oh, cuán agradecidos debemos sentirnos de que Jesús esté dispuesto a llevar todas nuestras dolencias, y lo puede hacer, fortaleciéndonos y sanando todas nuestras enfermedades si ha de ser para nuestro bien y para su gloria!—El Ministerio Médico, 20. Or06 8.1
“Venid a mí”, es su invitación. Cualesquiera que sean nuestras ansiedades y pruebas, presentemos nuestro caso ante el Señor.—El Deseado de Todas las Gentes, 296. Or06 8.2
Presentemos a Jesús todas nuestras necesidades—Son pocos los que aprecian o aprovechan debidamente el precioso privilegio de la oración. Debemos ir a Jesús y explicarle todas nuestras necesidades. Podemos presentarle nuestras pequeñas cuitas y perplejidades, como también nuestras dificultades mayores. Debemos llevar al Señor en oración cualquier cosa que se suscite para perturbarnos o angustiarnos: Cuando sintamos que necesitamos la presencia de Cristo a cada paso, Satanás tendrá poca oportunidad de introducir sus tentaciones. Su estudiado esfuerzo consiste en apartarnos de nuestro mejor Amigo, el que más simpatiza con nosotros. A nadie, fuera de Jesús, debiéramos hacer confidente nuestro. Podemos comunicarle con seguridad todo lo que está en nuestro corazón.—Joyas de los Testimonios 2:60.
Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No podéis agobiarlo ni cansarlo. El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. “Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo”. Santiago 5:11. Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aún por nuestra presentación de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo.