Ingredientes:

• Pepinillos frescos y firmes (aproximadamente 1 Kilo).

• 6 dientes de ajo pelados.

• 4 hojas de laurel (opcional).

• 2-4 cucharadas de sal marina sin yodo (sin aditivos).

• Agua filtrada.

Instrucciones:

• Lava los pepinillos y córtalos según tus preferencias: puedes dejarlos enteros, cortarlos en rodajas o en mitades, según lo que te guste.

• Enjuaga un recipiente de vidrio limpio y una tapa hermética con agua hirviendo para esterilizarlo. Asegúrate de que el recipiente esté completamente seco antes de usarlo.

• Coloca los dientes de ajo pelados en el fondo del recipiente esterilizado. Agrega las hojas de laurel si las estás utilizando.

• Llena el recipiente con los pepinillos cortados, dejando aproximadamente una pulgada (2.5 cm) de espacio en la parte superior.

• Mezcla la sal marina en agua filtrada para crear una solución salina. La cantidad de sal depende de tu preferencia, pero generalmente se usa una cucharada de sal por cada taza de agua. Asegúrate de que la sal se disuelva completamente en el agua.

• Vierte la solución salina sobre los pepinillos en el recipiente, asegurándote de que estén completamente sumergidos en el líquido. Deja un poco de espacio en la parte superior para evitar desbordamientos.

• Cierra herméticamente el recipiente.

• Coloca el recipiente en un lugar oscuro y con una temperatura constante de alrededor de 18-22°C (65-72°F). Prueba los pepinillos después de aproximadamente una semana y continúa fermentándolos hasta que alcancen la acidez deseada.

• Durante el proceso de fermentación, es posible que veas burbujas y cambios en el color del líquido; esto es normal.

• Una vez que los pepinillos hayan alcanzado la acidez deseada, refrigera los pepinillos fermentados para detener el proceso de fermentación. Los pepinillos fermentados pueden conservarse en el refrigerador durante varios meses.