Salud Intestinal

Mas que mera coincidencia

"He aquí—dijo—que os he dado toda hierba que da simiente, ... y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer.” Génesis 1:29.

Su intestino proporciona un hogar para billones de bacterias. Hasta el momento hay 2.000 especies conocidas de bacterias intestinales. 

¡Las contribuciones de la microflora intestinal son asombrosas porque intervienen en:

El equilibrio adecuado, la composición y una diversidad saludable de bacterias intestinales son necesarios para una respuesta inmunitaria favorable y una salud óptima. El desequilibrio que favorece a las bacterias hostiles sobre los gérmenes amigables desencadena fuertes procesos inmunológicos e inflamatorios.

Buenos gérmenes

Guerra bacteriológica

Sin embargo, las bacterias intestinales hostiles liberan toxinas y agentes inflamatorios que alteran las barreras intestinales. Una vez dentro de la sangre, estos compuestos inflamatorios y toxinas contribuyen al desarrollo de condiciones como aterosclerosis, hipertensión, alergias, diabetes, obesidad, enfermedades inflamatorias del intestino (Crohn, celíaca, colitis ulcerosa), problemas pulmonares, ansiedad y depresión.


¿Qué da forma a las bacterias intestinales?

Cada microbioma individual es diferente y se desarrolla debido a factores genéticos, ambientales, de estilo de vida y dietéticos a los que estamos expuestos. Entonces, ¿cómo fomentamos la población de gérmenes buenos y reducimos la cantidad de gérmenes no deseados?

Alimentos vegetales enteros y densos en nutrientes

Las dietas ricas en alimentos integrales de origen vegetal –frutas, verduras, legumbres y cereales integrales– y bajas en azúcares añadidos y grasas saturadas y trans– estimulan la proliferación de bacterias beneficiosas como las que tienen propiedades antiinflamatorias4. En este aspecto , cantidades generosas de frutas y verduras crudas son particularmente útiles para desarrollar una microflora intestinal saludable.5 La fibra soluble combate la inflamación relacionada con las condiciones relacionadas con la obesidad y mejora la inmunidad.6 Además, la fibra soluble reduce los microbios resistentes a los antibióticos en el intestino. Las legumbres, los aguacates, las batatas, los guisantes, las zanahorias, los albaricoques, las nectarinas, las naranjas, las manzanas, las bayas, la avena, la cebada, las semillas de lino y las semillas de chía son buenas fuentes de fibra soluble.

Por el contrario, una dieta occidental o de baja calidad (rica en azúcar, productos animales, sal, alimentos procesados ​​y carbohidratos refinados) está relacionada con más bacterias que causan enfermedades. Una de esas especies de bacterias es la fusobacteria, que ha sido vinculado al cáncer colorrectal. 


Deben escogerse los alimentos que mejor proporcionen los elementos necesarios para la reconstitución del cuerpo. En esta elección, el apetito no es una guía segura. Los malos hábitos en el comer lo han pervertido. Muchas veces pide alimento que altera la salud y causa debilidad en vez de producir fuerza. Tampoco podemos dejarnos guiar por las costumbres de la sociedad. Las enfermedades y dolencias que prevalecen por doquiera provienen en buena parte de errores comunes respecto al régimen alimenticio. MC 227.2

Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos que estudiar el plan original de Dios para la alimentación del hombre. El que creó al hombre y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su alimento. “He aquí—dijo—que os he dado toda hierba que da simiente, ... y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer.” Génesis 1:29. Al salir del Edén para ganarse el sustento labrando la tierra bajo el peso de la maldición del pecado, el hombre recibió permiso para comer también “hierba del campo.” Génesis 3:18. MC 227.3

Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante.